Un WAF (Web Application Firewall) es un software que se encarga de proteger las aplicaciones web de los ataques cibernéticos que intentan explotar sus vulnerabilidades. Un WAF actúa como un escudo entre la aplicación web y el tráfico de Internet, filtrando y monitorizando las peticiones HTTP y HTTPS que llegan al servidor web.
Los WAF pueden clasificarse en tres tipos según su ubicación: basados en la red, basados en el host y basados en la nube.
Los WAF basados en la red se instalan en el hardware del proveedor de servicios de Internet o en el centro de datos, y ofrecen una alta velocidad y rendimiento.
Los WAF basados en el host se ejecutan en el mismo servidor que la aplicación web, y ofrecen una mayor personalización y control.
Los WAF basados en la nube se alojan en plataformas de terceros, y ofrecen una mayor escalabilidad y flexibilidad.
Los WAF funcionan mediante un conjunto de reglas o políticas que definen qué tipo de tráfico es legítimo y qué tipo es malicioso. Estas reglas pueden basarse en listas negras o listas blancas. Las listas negras bloquean el tráfico que coincide con ciertos patrones o firmas conocidos como ataques, como la inyección de SQL, el cross-site scripting o la falsificación de peticiones entre sitios. Las listas blancas permiten el tráfico que cumple con ciertos criterios o condiciones definidos por el administrador, como el origen, el destino o el método de la petición.
– Escalabilidad: Un WAF basado en la nube puede adaptarse fácilmente al tráfico y a las necesidades de las aplicaciones web, sin requerir una inversión en hardware o software adicional. Esto permite ahorrar costes y recursos, y mejorar el rendimiento y la disponibilidad de las aplicaciones web.
– Actualización: Un WAF basado en la nube se beneficia de las actualizaciones automáticas y periódicas que realiza el proveedor de servicios en la nube, lo que garantiza que el WAF esté siempre al día con las últimas amenazas y vulnerabilidades. Esto reduce el riesgo de sufrir ataques y mejora la seguridad de las aplicaciones web.
– Flexibilidad: Un WAF basado en la nube ofrece una mayor flexibilidad a la hora de configurar y personalizar las reglas y los parámetros del WAF, según las características y los requisitos de cada aplicación web. Esto permite optimizar la protección y el rendimiento de las aplicaciones web, y evitar falsos positivos o negativos.
– Integración: Un WAF basado en la nube se integra fácilmente con otros servicios y herramientas en la nube, como el balanceo de carga, el monitoreo, el análisis o la gestión de identidades. Esto facilita la administración y el mantenimiento del WAF, y permite obtener una visión global y detallada de la seguridad y el estado de las aplicaciones web.
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